LA VIDA DE ÂDAM (ADÁN), HAVÂ (EVA) Y SUS HIJOS

Dios Todopoderoso en su Libro Sagrado respecto a la filosofía de la creación de Adán dice:

﴿وَ إِذْ قالَ رَبُّكَ لِلْمَلائِكَةِ إِنِّي جاعِلٌ فِي الأَْرْضِ خَلِيفَةً قالُوا أَ تَجْعَلُ فِيها مَنْ يُفْسِدُ فِيها وَ يَسْفِكُ الدِّماءَ وَ نَحْنُ نُسَبِّحُ بِحَمْدِكَ وَ نُقَدِّسُ لَكَ قالَ إِنِّي أَعْلَمُ ما لا تَعْلَمُونَ * عَلَّمَ آدَمَ الأَْسْماءَ كُلَّها ثُمَّ عَرَضَهُمْ عَلَى الْمَلائِكَةِ فَقالَ أَنْبِئُونِي بِأَسْماءِ هؤُلاءِ إِنْ كُنْتُمْ صادِقِينَ * قالُوا سُبْحانَكَ لا عِلْمَ لَنا إِلاَّ ما عَلَّمْتَنا إِنَّكَ أَنْتَ الْعَلِيمُ الْحَكِيمُ﴾

"(Acuérdate de) cuando tu Señor le dijo a los ángeles: 'He de establecer un sucesor y gobernante (de los hombres) en la tierra', ellos expresaron '(¡Oh, Señor!) ¿Acaso vas a poner en ella a quien la corrompa y derrame sangre (como lo hicieron los seres creados antes de Adán, cosa que es natural que ocurra en el mundo material? Ahora, si el objetivo de la creación del hombre es la devoción), nosotros celebramos Tu Alabanza y proclamaremos Tu Santidad'. Dijo (el Señor): 'Yo se (sobre los secretos de la creación del ser humano) lo que vosotros no sabéis." Después (Dios) le enseñó a Adán los nombres de todos los seres (la ciencia del secreto de la creación y los nombres de los seres). Más adelante se los expuso a los ángeles diciéndoles 'Nombrádmelos, si es verdad lo que pretendéis (de que vosotros sois más dignos de ser elegidos como representantes que Adán)". (Los ángeles) Le dijeron (como respuesta): '¡Gloria a Ti! No poseemos (respecto del mundo oculto) más conocimiento que aquél que Tú nos Has enseñado. Por cierto que sólo Tú eres Sapientísimo, Prudente." (Dios) expresó: '¡Oh, Adán! ¡Infórmales (los nombres y secretos) de estos (seres)!' Y cuando él les dio sus nombres, (Dios) les dijo: '¿No os He dicho que conozco los arcanos de los Cielos y la tierra, y sé lo que manifestáis y aquello que ocultáis?"
 (Al Baqarah, 2:30 a 33)

Respecto a la aleya arriba mencionada debemos declarar que el sucesor es aquél que por medio de otro obtiene el puesto de representante; y en esta aleya se repite dos veces “…en ella…” para darle énfasis y dejar claro que se refiere al Profeta Adán (P), que fue creado para ser representante de Él sobre la Tierra frente a un grupo de yinn (genios) que ocupaban el mundo antes de su llegada, y Adán no fue creado con el fin de ocupar el Paraíso. Pero hubiese sido mejor que él con su proceder no hubiese dado lugar para ser expulsado del Edén, pudiendo vivir en él con honor y estima, y tanto su esposa como él hubiesen disfrutado de los obsequios y veneración de los ángeles.

Cuando dijeron los ángeles “…vas a poner en ella…” fue porque quedaron sorprendidos al saber que Adán (P) fue nombrado representante de Dios sobre la tierra para poblarla y enmendarla. Y cuando dijeron “…a quien corrompa en ella y derrame sangre…” fue por la misteriosa filosofía que encierra en sí misma la creación, y no porque fuese una frase para replicar a Dios o para insinuar algo respecto a Adán, ni tampoco es correcto que digamos que fue para calumniarlo o difamarlo.

Quizás los ángeles expresaron la frase anterior por la información que Dios les había proporcionado respecto al hombre; o tal vez habían obtenido esta información del Lûhi Mahfuzh (Escritura Divina donde está recopilado el destino de cada hombre-Tablas Escondidas); o a lo mejor fue una comparación que hicieron estos entre el hombre y el yinn; otra posibilidad es que pudo haber sido que ellos obtuvieron información respecto a la situación y secretos de los seres que existieron supuestamente antes de estos dos. Pero la frase: “Nosotros celebramos Tu alabanza y proclamamos Tu santidad”, es una declaración de los ángeles que manifiesta que reconocen tres fuerzas en el hombre creado que son: la pasión, la cólera y el intelecto. Las dos primeras fuerzas los conducían a la perdición y derramamiento de sangre, y la tercera hacia la obediencia. Así, ellos (los ángeles) admitían la filosofía de la creación del hombre dentro de la horma y estima de las dos primeras fuerzas y en principio no reconocieron la creación del ser humano como propia para la sabiduría. De esta manera, descuidando los privilegios y virtudes de las otras dos fuerzas que podrían, junto con el intelecto, haber sido dirigidas por un camino útil y conveniente, se consideraron superiores a Adán (P).

Asimismo, los ángeles no pudieron divisar que posiblemente la combinación y unión entre la unidad y las partículas podría dar un mejor resultado, incluso para aprovechar los beneficios incontables que existen en la creación, siendo ésta la filosofía original por la cual el hombre fue nombrado representante de Él sobre la Tierra. Tampoco percibieron la manera en que la “…ciencia de los nombres…” fue introducida al alma de Adán (P), que fue por medio de una “creación científica” o una “inducción Divina”.

Y donde dice: “…y presentó…” se sobreentiende que alude a la realidad de los nombres y atributos que lo denotan. En respuesta a aquellos que dijeron “Si los ángeles hubiesen pedido a Dios que les otorgase la ciencia al igual que Lo hizo con Adán, sin duda que ellos al igual que Adán serían de los bien informados”, debemos señalar que los mismos ángeles contestaron a su pregunta cuando dijeron: “No sabemos más que lo que Tú nos has enseñado”.

Por otro lado, cada cosa debe ser ubicada en su lugar específico. La Sabiduría Divina guarda en sí misma esta necesidad. Por ello los “nombres” y la “ciencia” fueron reveladas a Adán, y no a los ángeles.[1]

Respecto al origen del nombre de Adán existen diferentes puntos de vista. El primer grupo opina que no es una palabra árabe y que tampoco se deriva de otra; el segundo opina que se deriva de adamah que significa leonado, tezado, de color rubio oscuro; y el tercer grupo sostiene que es un derivado de adam que significa, amistad o alianza, unión.

Y cuando dijimos a los ángeles: “¡Prosternaos ante Adán!” Se prosternaron, excepto Lucifer. Se negó y fue altivo. Era de los infieles”. (2:34)

Dijo: “¿Que es lo que te ha impedido prosternarte cuando Yo te lo he ordenado?” Dijo: “Es que soy mejor que él. A mi me creaste de fuego, mientras que a él le creaste de arcilla” (7:12)

Dijo: “Como me has descarriado, he de acecharles en Tu vía recta. He de atacarles por delante y por detrás, por la derecha y por la izquierda. Y verás que la mayoría no son agradecidos”. (7:16-17)

Dijo: “¡Señor, déjame esperar hasta el día de la Resurrección!” Dijo: “¡Entonces, serás de aquellos a quienes se ha concedido de prórroga hasta el día señalado!” (15:36-37-38)

“…Se prosternaron, excepto Lucifer, que era uno de los genios y desobedeció la orden de su Señor…” (18:50)

Existe una narración de Ibn ‘Abbas que dice que los ángeles y los yennes se encontraban constantemente combatiendo entre sí y en uno de estos combates, cuando Lucifer era aún pequeño, fue tomado prisionero y vivió entre los ángeles hasta que se negó a prosternarse ante Adán. Tâwûs y Mayâhid narran que Lucifer antes de desobedecer la orden de Dios, vivía en la Tierra y se llamaba `Azazel[2]  ‑término hebreo y en árabe conocido como Hâriz-.  A los ángeles que en ese entonces ocupaban la Tierra se les llamaba yenn y él era el más culto dentro de ese grupo de ángeles. Cuando él desobedeció lo dispuesto por Dios, a causa de la Ira de su Creador fue llamado Iblis (que significa tristeza, asombro, desesperanza de Dios -Lucifer)[3]. “…y fue altivo entre los infieles…” ya que la Sapiencia y Eternidad de Dios así lo percibieron.[4]

“¡Señor, déjame esperar hasta el día de la Resurrección!” O sea, el Demonio le pidió a Dios que lo dejara existir hasta el momento cuando los hombres después del segundo toque salen de sus tumbas para dar cuenta de sus actos. Todo morirá después del primer toque de la trompeta, y después del segundo toque, el hombre resucitará. Entre los dos toques existe un período de cuarenta años.

“Como me has descarriado…” quiere decir que me has privado de Tu Misericordia y de Tu Paraíso, probándome por medio de la prosternación hacia Adán y fui de los descarriados, o Tú ordenaste mi rebeldía. Claro está que esto es únicamente una interpretación, ya que el mismo Demonio con sus desorientadas creencias culpa a Dios de su desobediencia.[5]

El Imâm Bâqir (P) dijo respecto a la interpretación de la aleya: "He de atacarles por delante”... significa que haré que el Día del Juicio lo consideren insignificante... "y por detrás"... los incitaré a que atesoren sus riquezas y nieguen el derecho a los demás, para que sus bienes los hereden otros... "por la derecha”... los llevaré hacia la perversión y los haré que corrompan la religión... "y por la izquierda”... haré que acepten aquello en lo que sus corazones se encaprichen.[6]

En una ocasión un ateo le preguntó al Imâm Sâdiq (P): “¿Acaso prosternarse ante alguien fuera de Dios es permisible? -¡No! – respondió el Imâm. El ateo continuó: ¿Entonces por que Dios ordenó a los ángeles que se prosternaran frente a Adán? -El Imam (P) le respondió: En verdad que su prosternación no fue hecha para Adán sino que para obedecer la orden de su Creador”

La opinión de los eruditos islámicos respecto a la prosternación de los ángeles coincide en que no fue una prosternación para adorar o mostrar devoción hacia él, ya que sería considerado como asociación a Dios. Pero mantienen tres diferentes interpretaciones que a continuación mencionamos:

1. Un grupo sostiene que la prosternación de los ángeles fue únicamente realizada para Dios y que Adán (P) era considerado como su Qiblah (orientación hacia La Meca).

2. Otro grupo opina que este término contiene en sí mismo el significado de humildad, obediencia y sumisión, y que la prosternación de Adán fue hecha con ese propósito. Claro está que esto se contradice con algunas narraciones y con el significado de la aleya “¡Caed prosternados ante él!…” (15:29) y la aleya “y los que se prosternan se prosternaron ante Adán…” (38:72)

3. El tercer grupo afirma que la prosternación ante Adán no fue una reverencia y honra por parte de los ángeles sino que fue una alabanza a Dios, ya que fue realizada para obedecer Su orden. Esta última concuerda más con el texto de la narración.[7]

Así como es nombrado en algunas narraciones, Adán (P) era considerado como la Qiblah que por medio de él los ángeles se prosternaban ante Dios.

‘Alî Ibn Ibrâhîm expone: La primera falta que se efectuó en contra de Dios fue la muestra de egoísmo de Lucifer cuando dijo: “Dios mío: exímeme de la prosternación hacia Adán y en su lugar Te adoraré como ningún ángel o vaticinador Te ha adorado”. Dios le contestó: “Yo no necesito de tu devoción, Yo únicamente quiero que se cumpla lo que ordené”. Y como Lucifer se rehusó, Le ordenó: “¡Sal de aquí! ¡Eres un maldito!” (38:77) Lucifer, con actitud reprochable preguntó: “¿Como es posible? Tu eres Justo, ¿acaso todos mis buenos actos serán anulados?” Dios le respondió: “No es así, tu puedes pedirme lo que quieras del mundo a cambio de tus buenas acciones”. Lucifer primero pidió que le fuera otorgada una larga vida, hasta el Día de la Resurrección y segundo, demandó el domino e influencia sobre los descendientes de Adán (P), y Dios concedió sus peticiones. Entonces solicitó a Dios que por cada ser que naciese su fuerza se acrecentase y que pudiese ver a los seres humanos y pudiese manifestarse ante ellos de diferentes formas, para que los humanos no logren reconocerlo. La petición también fue aceptada por Dios. En ese momento Lucifer hizo una demanda mayor y Dios manifestó: “He destinado sus corazones como el sitio en el que tú puedas tentarlos”. Lucifer quedó conforme y dijo: “¡Juro por Tu gloria! Que he de descarriarlos a todos, salvo a aquellos que sean de Tus siervos puros e inmaculados y he de atacarlos por la derecha...”.[8]

El Imâm Sâdiq (P) respecto a que lo que dijo Adán (P) en cuanto Dios le otorgó a Lucifer la fuerza de dominar, expuso: “¡Dios mío! Tú has otorgado a Lucifer la fuerza de dominar a mis descendentes. ¿Qué me Otorgarás a mi y a mi descendencia para contrarrestarlo?” Dios dijo: “Por cada pecado deberán pagar con su equivalente y por cada buena obra les Daré diez recompensas”. Adán pidió algo más y Dios aceptó el arrepentimiento del hombre hasta el último momento de su vida. Adán solicitó más aún y Dios dijo: “Te perdonaré todos tus pecados”, y Adán quedó satisfecho. -Entonces preguntaron al Imâm (P): ¿Por qué causa Lucifer fue considerado por el Favor de Dios?, a lo cual el Imâm (P) contestó: “Por haber realizado durante cuatro mil años la oración de dos ciclos en el Cielo”.[9]

En la obra ‘Ilal Ash Sharâîa‘, está registrada la siguiente narración de Wahab: Cuando Lucifer desobedeció la orden de prosternarse ante Adán, Dios le ordenó: “¡Sal de él!” En seguida ordenó a Adán que saludara a los ángeles diciendo: “Asalâm ‘Alaîkum wa Rahamtullahi wa barakâtuh”, y así lo hizo. Y los ángeles en conjunto respondieron: “Wa ‘alaiki-as salâm wa Rahmatullahi wa barakâtuh”, y ahí fue donde Dios, Alabado Sea, le dio la nueva a Adán que desde ese momento ésta sería la forma de saludar y bendecir a él y a su descendencia, hasta el Día del Juicio Final”.[10]

Respecto a que si el Paraíso en que reinaba Adán se encontraba en este mundo o en otro lugar del Cielo, hay diferentes opiniones. Suponiendo que ese Paraíso se encontrase en el Cielo, ¿acaso era el Yannat ul-Juld, o tal vez otro Paraíso? La mayoría de los sabios de la Escuela Shî‘ah, los exegetas y también los mutazilah opinan que cuando es mencionado el Paraíso, se refiere al Yannat ul-Juld. Abu Hâshim sostiene la idea de que el Paraíso esta en este mundo; y otro grupo de sabios musulmanes lo consideran un jardín en la Tierra.

En las obras ‘Ilal y Amâlî está registrada una narración de Hasan Ibn ‘Alî (P) en donde indica que estando él presente, un grupo de judíos se presentaron ante el Profeta (BP) para que les respondiera, entre otras, a la siguiente pregunta: “¿Porqué Dios hizo obligatoria la oración cinco veces durante el día y la noche?” El Profeta(BP) respondió: “El tiempo para la oración de la tarde fue destinado así, ya que Adán en ese momento comió del árbol prohibido y fue expulsado del Paraíso. Dios hizo obligatoria esta oración para los descendientes de Adán y así también para mi comunidad. Esta es una de Sus oraciones más queridas y nos recomendó que pusiéramos especial cuidado y atención a la misma. Respecto al tiempo destinado para la oración del ocaso, es el momento en que Dios aceptó el arrepentimiento de Adán; y el lapso desde que Adán comió del árbol prohibido hasta que Dios aceptó su arrepentimiento fue de trescientos años; y el tiempo aproximado que separa la oración de la tarde con la de la noche, en la otra vida, es de mil años; el primer ciclo de la oración del ocaso que Adán realizó fue por el error que cometió él, el segundo ciclo por el error que cometió Eva y el tercero por su arrepentimiento. Así Dios., Bendito sea, hizo obligatorio estos tres ciclos para mi comunidad”. Otro de los judíos continuó preguntando: “¿Por qué cuando realizan la ablución se lavan cuatro partes del cuerpo que podríamos considerar como las más limpias?”

El Profeta (BP) argumentó: “Cuando Adán fue tentado por el Demonio y el árbol atrajo su vista, perdió su honra y prestigio, entonces se levantó y fue el primer paso que dio hacia la desobediencia, luego tomó con sus manos la fruta que colgaba de la rama del árbol y la comió, en ese momento fue que su belleza y vestidura se separaron de su cuerpo y una gran tristeza y congoja se apoderaron de él, y colocó su mano sobre su cabeza. Dios aceptó su arrepentimiento e Hizo para él y su descendencia obligatoria la ablución. Entonces Ordenó que lavaran su cara ya que sus ojos se habían fijado en el árbol, y lavaran los dos brazos, ya que sus manos tocaron la fruta, y pasaran la mano húmeda sobre sus dos pies, ya que por medio de estos dio el primer paso hacia la falta”. El judío continuó preguntando: “¿Por que Dios hizo para tu comunidad obligatorio el ayuno durante treinta días y no durante más tiempo?” El Profeta (BP) le contestó: “Cuando Adán comió del árbol prohibido, este alimento tardó treinta días en salir de su cuerpo y por ello fue que Dios hizo obligatorio para él y mi gente soportar sed y hambre durante un mes. En cuanto a un tiempo mayor, fue exceptuado para el hombre y ésta fue una Gracia de Él. ‑entonces el Profeta (BP) pronunció esta aleya‑ Se os ha prescrito el ayuno, al igual que se prescribió a los que os precedieron, Quizás así temáis a Dios. Días contados (2:183-184)”.

El onceavo de los Impecables Imâmes, el Imâm Hasan Askarî (P) respecto a la interpretación de la aleya: “…pero no os acerquéis a este árbol…" (7:19 y 2:35) dijo que el término árbol en esta aleya, se refiere a la sabiduría de Muhammad (BP) y de su descendencia ya que Dios, Alabado sea, los creó superiores a toda Su creación y este árbol fue creado especialmente para ellos; así también él necesitaba de Su permiso para comer de éste, y sus castos descendientes únicamente podían disfrutar de su fruto después de haber saciado al necesitado, al huérfano y al preso, fruto que los satisfacía luego de haber sentido hambre, sed, cansancio y debilidad. Entre todos los árboles del Paraíso éste era un árbol especial, ya que los demás árboles estaban cargados de un tipo de fruta específica, pero de éste colgaban de sus ramas al mismo tiempo diferentes frutas como uvas, higos, azufaifas, trigo y otros, esta es la razón por la cual el árbol prohibido ha sido interpretado de diferentes maneras, y otra de las interpretaciones registradas por el Imâm Askarî (P) respecto a la aleya arriba mencionada es que: “No os acerquéis a este árbol, ya que más tarde demandaréis la excelencia y mérito de los Impecables Imâmes (P) y vosotros sabéis que esto es especial de ellos y aquel que cuente con el permiso de Dios para comer de este árbol le será inspirada la sabiduría Divina de sus ascendientes y descendientes, y aquel que sin permiso se acerque y coma su fruto, en verdad que será de los descarriados y no llegará a ser de los cercanos a Dios, ‘…si no seréis de los obstinados…’, ya que habéis pecado y deseado el rango de los escogidos, los de Ahlul Baît (con ellos sea la paz) y actuado en contra de lo deseado por Él. ‘…pero el Demonio les hizo caer…’ y el Demonio les insinuó y los desvió del camino recto, primeramente se volteó hacia Adán y dijo: ‘Vuestro Señor no os ha prohibido acercaros a este árbol sino por temor de que os convirtáis en ángeles’ si coméis de este árbol os enteraréis de lo oculto y gozaréis de gran fuerza y poder tal y como los escogidos de Su Reino. ‘…u os hagáis inmortales…’ (7:20) o sea nunca moriréis. Lucifer se encontraba escondido en la boca de una serpiente y desde ahí hablaba con Adán. Adán nunca imaginó que estuviese hablando con el Demonio; y respondió a la serpiente: -Esas son insinuaciones del Demonio y yo no toco aquello que mi Creador me negó-.

Lucifer, al escuchar la contestación de Adán, se sintió frustrado y fue en busca de Eva y le dijo: -¿Acaso sabías que Dios os ha permitido nuevamente comer fruto del árbol prohibido? Y los ángeles que Colocó para que cuidasen del árbol no os molestarán, y te aseguro que si tú comes primero de ese árbol ocuparás un rango superior al de Adán-. Entonces Eva se dirigió hacia el árbol, pero los ángeles con sus largas lanzas no le permitieron acercarse, fue entonces que Dios manifestó a los ángeles custodios del árbol: ‘Ustedes únicamente protegéis al árbol de aquel que sin pensar y reflexionar en las consecuencias de lo que quiere hacer, lo pone en problemas. Dejadla tranquila para que pueda meditar y ella misma decidir qué es lo que quiere hacer y ser meritoria de un castigo o recompensa’. Por otra parte, Eva supuso que al permitirle los ángeles que se acercara al árbol era porque Dios le permitía comer su fruto y en su corazón elogió a la serpiente embustera. Entonces fue hacia donde se encontraba Adán y le contó lo sucedido y así fue como Adán fue hecho preso por las redes del Demonio y comió del árbol. El Sagrado Corán dice al respecto: ‘Pero el demonio les hizo caer perdiéndolo’ (2:36) o sea que el Demonio con engaños y embustes los hizo desobedecer ‘…y les sacó del estado en que estaban…’ (2:36) y los privó de los placeres eternos. Luego Dios les ordenó a Adán y a Eva, y también al Demonio y a la serpiente que bajaran a la tierra y fuesen enemigos unos de los otros y se engañasen entre sí; que se ocupasen de su vida mundana hasta que les llegase la muerte”.[11]

Creemos oportuno mencionar que la serpiente, antes de hacerse cómplice de este engaño era uno de los mejores animales que ocupaban el Paraíso, mientras que Lucifer vivía en los confines del Paraíso y le era prohibida la entrada a este lugar.

Abû Hamzah Zumâlî dijo haber escuchado a ‘Alî Ibn ul Husain (P) decir a un hombre del Quraîsh: “Cuando fue aceptado por Dios el arrepentimiento de Adán, él y Eva comenzaron a sostener relaciones sexuales, y cuidaban mucho de no cometer actos prohibidos. Por ello, se alejaban del perímetro de la Ka’bah cuando querían intimar y después de realizar el baño completo regresaban a la Casa de Dios. Adán y Eva tuvieron veinte hijos y veinte hijas, y cada vez que Eva paría, daba a luz un varón y una niña (existen diferentes opiniones respecto al número de hijos de Adán). Su primer hijo fue Abel (Hâbîl) que nació junto con su hermana Aqlima. En el segundo alumbramiento dio a luz un varón de nombre Caín (Qâbîl) y Ludha. Ludha fue la hija más bella de Adán y él siempre temía por ella, siendo esta la causa por la que tomó la determinación de casarla con Abel, y a Aqlima con Caín. Caín se molestó por lo que su padre había dispuesto y le reprochó: -¡Por qué quieres que me case con Aqlima la hermana fea de Abel y quieres que mi bella hermana Ludha se case con él![12] Adán decidió realizar un sorteo y el resultado fue el mismo que antes había dispuesto. Posterior a este suceso fue que Dios prohibió el matrimonio entre hermanos”.

El hombre del Quraîsh preguntó: “¿Pues como se llevó a cabo el matrimonio de sus hijos? Y en caso de que así hubiese sido entonces ¡actuaron como los Zoroastros!” ‑‘Alî Ibn Husaîn (P) le respondió: “Los Zoroastros (adoradores del fuego) lo realizaron después de que Dios lo había prohibido y tú no debes olvidar que Dios creó a Eva de Adán y la hizo halal o lícita para él; y la prohibición del matrimonio con las mujeres vedadas fue ordenado después de este suceso”.[13]

El Imâm Sâdiq (P) relató lo siguiente: “El primer hijo que nació de la unión de Adán y Eva fue una niña de nombre Itaq y fue ella el primer ser humano que pervirtió sobre la tierra. Dios creó a un lobo y a un buitre de gran tamaño y les Dio poder para que la destruyeran. Después de este hecho, Dios otorgó a Adán y a Eva un hijo llamado Caín y cuando Caín llegó a la edad de la adolescencia se casó con una joven de la misma naturaleza de los yenn o genios de nombre Yahanah. Posterior a esto Dios concedió a Adán y a Eva otro hijo llamado Abel, y Abel se casó con una joven de la misma naturaleza de los ángeles del Paraíso de nombre Nazlah. Por orden de Dios Adán debía nombrar a su hijo pequeño, su sucesor y darle como herencia la descendencia de la Profecía y el tesoro de la ciencia Divina. Caín, que había quedado atónito por la decisión que su padre había tomado, se reveló ante éste. Las explicaciones dadas por Adán para la obediencia de esta orden Divina no pudieron persuadir a Caín y finalmente les propuso hacer un ofrecimiento para Dios y la ofrenda de aquél que fuese aceptada sería señal de su cercanía a Dios. La señal de aceptación de su ofrecimiento serían unas llamas de fuego que bajarían del cielo y se lo tragarían. Caín, que tenía bajo su dominio grandes campos, tomó un poco de trigo de baja calidad y lo dio como ofrenda en esta prueba, y Abel, que poseía grandes rebaños de ovejas, obsequió a la mejor de sus ovejas. Bajaron las llamas del cielo y se tragaron a la oveja que había ofrecido Abel.

El Demonio que desde lejos observaba lo sucedido se le acercó a Caín y comenzó a instigarlo e insistía: ‘Si continua así la situación, la descendencia de tu hermano dominará sobre la tuya ya que él cuenta con particularidades más valiosas que ti ante tu padre. Lo mejor es que lo quites de tu camino’. Caín a consecuencia de las insinuaciones del Demonio mató a su hermano. A continuación el Demonio le ordenó que construyera un templo de fuego y que lo adorara para de esta manera fuese aceptado su ofrecimiento. Por lo tanto el primer ente que construyó un templo de fuego fue Caín. Adán se presentó en el lugar donde había sido muerto su hijo y durante cuarenta días lloró desconsoladamente y maldijo a la tierra que había absorbido la sangre de su heredero y esto ocurrió en donde actualmente se encuentra la Mezquita Yâma’ de Basora. El día en que fue muerto Abel su esposa dio a luz un niño que Adán por gratitud a su padre lo llamó Hâbîl (Abel). Dios después de la muerte de Abel le dio otro hijo a Adán al cual llamó Sheîz o Hubbatul.lah, quien al llegar a la adolescencia contrajo nupcias con una novia del Paraíso llamada Na‘îmah. Como fruto de esta unión nació una niña llamada Hurîah que después de años se casó con Abel, nieto de Adán, y su descendencia es la que habita en la actualidad este planeta. Cuando estaba por finalizar el período de la profecía de Adán (P), éste recibió la orden por parte de Dios de entregar la profecía y el tesoro de la sabiduría Divina que poseía, a su hijo Sheîz y que le recomendase que fuese fiel y disimulase, de lo contrario le sucedería lo mismo que le sucedió a su hermano Abel.[14]

‘Alî Ibn Ibrahîm Qumî registró del Imâm Sayyâd (P) la siguiente narración: “Caín no sabía como debía quitarle la vida a su hermano, hasta que por medio de las insinuaciones del Demonio y sugestiones de su alma aplastó la cabeza de éste entre dos piedras. Cuando mató a su hermano se sintió aterrorizado y temeroso. No sabía que hacer con el cuerpo de Abel. Entonces dos cuervos bajaron cerca de donde él se encontraba y después de sostener una pelea, un cuervo mató al otro y luego lo puso bajo la tierra. Caín que vio su debilidad dijo: -¡Oh, pobre de mí! Ni siquiera pude ser como un cuervo como para que se me ocurriese enterrar al cuerpo de mi hermano.- Cuando Caín regresó a su casa y su padre lo vio solo, le preguntó por Abel. Caín que eludía responder, finalmente se vio obligado a llevar a su padre al lugar del suceso y contarle lo que había sucedido. Fue en ese momento cuando Adán maldijo a la tierra que había absorbido la sangre de su querido hijo y sucesor. Y es por eso que desde ese momento ninguna tierra absorbe la sangre de los seres humanos. Entonces Adán lloró durante cuarenta noches y días por la pérdida de su querido hijo”.[15]

* * *

Extraído de: Historia de la Vida de los Profetas

Versión resumida de Qisasul – Anbiia

Fundación Imam Ali

Sección Española, - Beirut

Autor: Saiied Naimatul.lah Musawi Yazairi

Traducido por: Martha Golzar y

Rahmatul.lah Golzar


[1] Anwâr At Tanzil, t. 1, pp.18-20 y Bihar Al Anwar, t.11,pp.97-99.

[2] Mayma'ul Bahrain, p.239.

[3] Mufradat Raqib, p.59.

[4] Mayma'ul Baian, t.1, p.83

[5] Mayma'ul Baian, t.8, p.24 y 25.

[6] Mayma'ul Baian, t.8, p.26.

[7] Bihar al Anwar, t.11, p.140.

[8] Tafsir Qumi, t.1, p.42.

[9] Tafsir Qumi, t.1, p.42.

[10] 'Ilal Ash Sharaia', p.600.

[11] Tafsir Imam Askari, p.90-91.

[12] Âmâlî As Sadûq, p. 328

[13] Ihtiyây, p. 314.

[14] Bihâr Al Anwâr, t.11, p. 226, extraído de la obra sintetizada de Hasan Ibn Suleîmân y la obra Ash Shafâ’ wal Yalâ’.

[15] Tafsîr Qumî, t.1, p. 165.