" Dios mío yo veo en la Torah a una comunidad que han colocado a su Libro Sagrado en sus corazones y la recitan de memoria ".
Confidencia del Profeta Moisés (P)
El Mensajero del Islam fue elegido como Profeta a la edad de los cuarenta años y durante veintitrés años ante diferentes acontecimientos le fue revelado a su corazón el Sagrado Corán.
Durante este tiempo, los Sahabah –o compañeros cercanos del Profeta (BP) – para acatar lo ordenado por él se esforzaban en cuidar de las aleyas divinas.
Ellos escribían las aleyas divinas sobre piel y huesos, omóplatos y costillas de los animales, maderas de palmera, piedras…, papel y telas.
Y lo memorizaban para ser premiados con una recompensa espiritual.
El primer paso considerado para cuidar de las aleyas divinas era la memorización del Corán, ya que por una parte el tipo de la escritura que se utilizaba en ese entonces era "cúfica" y ya que carecía de puntos y signos podía leerse de diferentes maneras; por otra parte casi toda la gente era analfabeta y únicamente podían mostrar su amor al Libro de Dios memorizando sus aleyas.
Cuando el Mensajero del Islam (BP) se encontraba en la Cueva Hira, se le apareció un ángel y le dijo: ¡Recita! El Profeta (BP) le respondió: ¡No puedo! Cayendo luego desmayado.
Cuando el Profeta (BP) se recuperó, el ángel se le presentó y dijo: "¡Recita en el nombre de tu Señor. Que ha creado…".
El Imam As-Sadiq (P) dijo: "En el nombre de Dios el Clemente el Misericordioso. "¡Recita en el nombre de tu Señor…", fue la primera aleya revelada al Gran Profeta (BP).
La primera fase del proceso es la recitación y memorización, y la fase que le sigue es la de inscripción.
Por ello, las primeras aleyas coránicas hablan de "recitar", que significa guardarlas en el pecho (o sea memorizar).
A continuación analizaremos este asunto en diferentes casos:
El vocablo "hafizh" en la lengua árabe se utiliza con dos significados: (a) vigilar y guardian, y (b) memorizar (antónimo de olvidar).
En el Generoso Corán este vocablo y sus derivados únicamente se han utilizado con el primer significado.
"Hafizh" (memorizador) es un nombre de un nombre adjetivo, y en la terminología de las ciencias coránicas le dicen a aquél que ha memorizado todo el Corán con su "taywid" (la correcta recitación) y "tartil" (salmodio del Corán), y lo recita según lo aceptado por los eruditos del Corán.
Así también a aquel que esté bien enterado de las tradiciones del Gran Profeta (BP), que conozca los acuerdos y desacuerdos y tenga conocimiento completo de las noticias de los trasmisores y de la posición de los sabios.
Algunos también han determinado su número y dicen: "La persona deberá saber de memoria mil hadices (narraciones) con su sanad (cadena de transmisión) para que pueda ser llamado con este término".
Al inicio del Islam no llamaban a los memorizadores con el término de "hafizh" sino que se les llamaba utilizando términos como "yama'ul Quran", memorizador completo del Corán, "qira'ul Quran" recitador del Corán, "hamlatul Quran" llevar consigo el Corán y "al muher fil Quran" especialista del Corán.
El vocablo "hafizh" fue utilizado por primera vez después con este significado del siglo I o a mediados del siglo II d.H.
Claro está, el vocablo o términos aquí mencionados durante la época en que estuvo en vida el Profeta del Islam (BP) no tuvo el significado de alguien que ha memorizado todo el Corán, y fue después del fallecimiento del Profeta (BP) cuando los memorizadores fueron llamados con este nombre.
Durante la época de este generoso, también llamaban así a aquellos que habían memorizado parte del Libro Sagrado.
La memorización de las aleyas divinas se comenzó desde los primeros días de la revelación.
El Profeta del Islam (BP) fue considerado el primer memorizador del Corán para lo cuál se esforzaba mucho.
Este generoso conjuntamente con el Ángel de la Revelación meneaba su lengua y se preocupaba por no olvidar lo que había aprendido.
El difunto sabio Tabarsi respecto a la revelación del sura Al Qiamah 75:16-17:
﴾ áÇ ÊõÍóÑøößú Èöåö áöÓÇäóßó áöÊóÚúÌóáó Èöå Åöäøó ÚóáóíúäÇ ÌóãúÚóåõ æó ÞõÑúÂäóåõ ﴿
"¡…No muevas la lengua al recitarlo para precipitarla! ¡Somos Nosotros los encargados de juntarlo (en tu corazón) y de recitarlo!"Se ha narrado de Ibn 'Abbas lo siguiente: "El Profeta del Islam (BP) por el intenso amor que tenía por recibir y memorizar el Corán, cuando el encargado de la revelación se lo recitaba, lo acompañaba moviendo su lengua y se apresuraba para no olvidar lo que había aprendido. Dios lo detuvo diciendo: "Somos Nosotros los encargados de juntarlo…".
El Profeta (BP) para obtener completa seguridad de sus memorizaciones lo recitaba al Ángel de la Revelación.
En numerosas narraciones leemos que el Profeta del Islam (BP) cada año en el mes Santo de Ramadan comparaba y repetía con Gabriel el Corán hasta donde había sido revelado, y el último año de su preciada vida, contrario a lo acostumbrado, llevó a cabo dos veces esta comparación y repetición.