A. LA CAUSA POR LA CUAL FUE NOMBRADO IBRÂHÎM
SUS VIRTUDES Y TRADICIONES
LA FUNCIÓN QUE JUGÓ EL ANILLO
Todos los Profetas están relacionados con Ibrâhîm y por ello es que ‘Alî (P) asegura: Fuera de nosotros y de nuestra Shî‘ah, nadie más sigue la religión de Ibrâhîm.[1]
El Sagrado Libro de Dios dice al respecto:
Ibrâhîm no fue
judío ni cristiano, sino que fue hanif, sometido a Al.lah, no asociador. Los más
allegados a Ibrâhîm son los que le han seguido, así como este Profeta y los que
han creído. Al.lah es Protector de los creyentes.
(Âli Imrân,
3:67-68)
En la obra ‘Ilal Ash Sharâîa', respaldado con un documento fiable, está registrada la siguiente narración: “Dios nombró a Ibrâhîm Su Jalîl (amigo), ya que durante toda su vida, lo que necesitaba lo pidió únicamente a Dios”.[2]
Y ‘Alî (P) respecto al Profeta Ibrâhîm (P) manifestó: “Ibrâhîm fue el primer hombre que respetó a su invitado. Y fue el primer hombre que encaneció su cabello. Color que da al hombre dignidad en este mundo, y brillo y estima en la otra vida”.[3]
El Shaîj Sadûq (descanse en paz) dijo: “Escuche decir a algunos Shaîjes que cuentan que Ibrâhîm fue llamado con este nombre ya que todos sus esfuerzos eran dirigidos para la vida eterna y ninguno de sus actos fue realizado para los placeres de esta vida".[4]
El Imâm Hâdî (P) manifestó: “Ibrâhîm fue llamado Jalîl ya que enviaba muchos saludos a Muhammad y a su familia.[5]
El Mensajero de Dios (BPD) aseguró: “Dios nombró a Ibrâhîm “Jalîl” ya que alimentaba a la gente (necesitada) y durante la noche cuando la gente dormía, él es dedicaba a suplicar e implorar a Dios”.[6]
En una ocasión preguntaron al Imâm Sâdiq (P) respecto al porqué Ibrâhîm es conocido Jalîl ar Rahmân (amigo de Dios), a lo cual respondió: “Lo llaman Jalîl ya que se prosternaba mucho sobre la tierra”.[7]
* * *
B. SU NACIMIENTO Y LA DESTRUCCIÓN DE LOS ÍDOLOS
RESPECTO AL TUTOR DE IBRÂHÎM
ENFRENTAMIENTO CON EL FARAÓN DE LA ÉPOCA: NEMROD HIJO DE CAM
LA FUNCIÓN QUE JUGÓ EL ANILLO
El Sagrado Libro de Dios, respecto al Profeta Ibrâhîm y Nimrod dice:
¿No has visto a aquel que desafió a Ibrâhîm discutiéndole a su Señor porque Al.lah le había dado soberanía? Dijo Ibrâhîm: Mi Señor es Quien da la vida y da la muerte. Dijo él: Yo doy la vida y doy la muerte. Dijo Ibrâhîm: Al.lah trae el Sol desde el oriente, tráelo tú desde occidente. Y quedó confundido el que se negaba a creer. Al.lah no guía a los que son injustos. (Al Baqarah, 2:258)
Está asentado en diferentes narraciones que el primer hombre que discutió y argumentó respecto a la esencia de Dios Todopoderoso fue Nimrod Ibn Canáan. El Imâm Sâdiq (P) asegura: “Nimrod sostenía que era Dios aún después de haber colocado a Ibrâhîm en el fuego”.
Ibn ‘Abbas narra: “Dios envió a un insecto para que picara el labio de Nimrod y después entrara por el orificio de su nariz y llegara hasta el cerebro. Durante cuarenta días sufrió de fuertes dolores de cabeza hasta que murió”.[8]
En el Tafsîr Qumî está registrada la siguiente narración del Imâm Sâdiq (P), que dice así: -Âzar el protector de Ibrâhîm era un astrólogo de la corte de Nimrod. En una ocasión Âzar dijo a Nimrod: “Tomando en cuenta el lugar donde están situadas las estrellas y astros, sospecho que dentro de poco nacerá un niño y terminará con tu religión. Él será originario de estas tierras, pero aun transcurrirá algún tiempo para el nacimiento de este niño”. Nimrod ordenó que separaran a las mujeres de los hombres. Por otra parte la madre de Ibrâhîm (P), como era costumbre en esa época, se alejó a una cueva para pasar sus últimos días del embarazo ahí y después de parir. Cuando el infante nació, lo envolvió en un pedazo de tela, y para protegerlo cerró la entrada de la cueva con una piedra. Dios, con Su Poder Interminable, puso en los dedos de Ibrâhîm abundante leche para que se alimentara con ésta.
La madre de Ibrâhîm de vez en cuando iba a ver a su hijo, por su parte Nimrod había comisionado a un grupo para que matara a cualquier niño varón en cuanto naciera. Los días transcurrían y Ibrâhîm (P) se desarrollaba más rápido de lo que crecía un niño normal. Él vivió en la cueva hasta la edad de los trece años. En una ocasión Ibrâhîm pidió a su madre que lo llevase consigo fuera de ésta. Entonces ella lo puso al tanto del peligro que lo acechaba. Ibrâhîm, después de que su madre se fue, y ya bien entrada la noche volteó sus ojos hacia el cielo. De repente vio el lucero (el planeta Venus) y dijo: “Este es mi Señor,” pero cuando desapareció dijo: “No amo lo que se desvanece” (Al ’An‘âm, 6:76). En ese momento volteó sus ojos hacia el oriente y fue testigo de la salida de la Luna y dijo: ‑“Éste es mi Señor” ya que es más bello y grande. – Pero cuando vio que se ocultaba dijo: “si no me dirige mi Señor, voy a ser ciertamente de los extraviados”. (Al ’An‘âm, 6:77) Amaneció, Ibrâhîm fijó sus ojos en el Sol brillante. Pero este astro con toda su belleza no pudo mostrar lo que buscaba el corazón de Ibrâhîm. Después de lo sucedido Dios corrió las cortinas y Ibrâhîm puede ver el poder de Dios en la Tierra y los Cielos, y pudo observar el Empíreo de Dios: “¡Gente mía, son inocente de lo que asociáis! Dirijo mi rostro, como hanif, a Quien ha creado los Cielos y la Tierra y no soy de los que asocian”. (Al ’An‘âm, 6:79-80) Entonces Ibrâhîm se integró a su familia. Âzar cuando se enteró de la existencia de Ibrâhîm preguntó atónito a la madre de Ibrâhîm: “¿Cómo lo salvaste de los comisionados de Nimrod? Cuando Nimrod se entere de la existencia de este niño, sin duda mi reputación se manchará”. Âzar en esa época era el ministro de Nimrod, cuidaba de los tesoros públicos y era el encargado de los ídolos de la corte. Él vendía los ídolos que pulía con la ayuda de uno de sus hijos. Abrimos un paréntesis para aclarar, basándonos en diferentes narraciones que Âzar era tío paterno de Ibrâhîm, y que Ibrâhîm era hijo de Tare.
Cuando Âzar miraba a Ibrâhîm, su amor hacia él acrecentaba. La madre de Ibrâhîm le había prometido que en caso de que Nimrod se enterase de su secreto ella misma le explicaría las causas por las cuales Ibrâhîm había sobrevivido.
Está registrado en diferentes narraciones que cuando Âzar entregaba un ídolo a Ibrâhîm para que lo vendiese al igual que sus hermanos lo hacían, él amarraba con una cuerda al ídolo pulido y lo arrastraba sobre la tierra, a veces lo sumergía en el agua y otras veces lo aventaba dentro de algún pozo, y le decía: “¡Si estás vivo, habla conmigo!” Âzar en repetidas ocasiones le advirtió que se abstuviese de hacer eso con los ídolos, hasta que se vio obligado a encarcelarlo. Ibrâhîm discutía con su gente respecto a los ídolos “Su pueblo disputó con él. Dijo: ‑¿Disputáis conmigo sobre Al.lah, a pesar de haberme Él dirigido? …” (Al ’An‘âm, 6:80)[9]
El Imâm Sâdîq (P) dijo: “Ibrâhîm Jalîl nació el día primero del mes de Dhî Hayyah”.[10]
Se sabe que en una ocasión Nimrod y sus acompañantes, salieron de la ciudad para celebrar una fiesta. Ibrâhîm, que no quiso participar en la celebración se quedo cuidando los ídolos. Aprovechando la ausencia de estos, Ibrâhîm preparó comida y la llevo a donde se encontraban los ídolos, y a cada uno de los ídolos le ofreció el alimento y les pidió que hablaran con él. No obstante al no recibir respuesta de estos, rompió las piernas y brazos de los ídolos, y al final colgó el hacha del cuello del ídolo mayor.
Cuando Nimrod y sus acompañantes regresaron a la ciudad, se encontraron con los ídolos despedazados y dijeron: “¿Quién ha hecho eso a nuestros dioses? Ese tal es, ciertamente, de los impíos” (Al ’Anbîâ’, 21:59) Nimrod, por medio de los guardias se enteró de la existencia de Ibrâhîm e hizo llamar a Âzar para interrogarlo, entonces le dijo: “¡Tú me has traicionado! ¿Que explicación puedes dar a esto?” Âzar explicó a Nimrod: “Yo no estaba informado de la existencia de ese niño, es su madre la que debe darte una explicación de sus actos”.
No transcurrió mucho tiempo que la madre de Ibrâhîm se presentó en la corte de Nimrod y con astucia respondió a las preguntas de Nimrod, diciendo: “Yo escondí a Ibrâhîm por el bien de nuestro pueblo, ya que si matas a todos los niños que nacen, dentro de unos años terminará la existencia de este pueblo. Yo quise con este acto ayudarte a resolver tus problemas”. Nimrod después de escuchar lo dicho por la madre de Ibrâhîm se percató de su error y dejó de matar a los niños que nacían. Después, volteándose hacia Ibrâhîm dijo: “¿Haz hecho tú eso?” A lo cual Ibrâhîm respondió: “El mayor de ellos es quien lo ha hecho. ¡Preguntádselo, si es que son capaces de hablar!” (Al ’Anbîâ’, 21:63).
Este mismo Imâm respecto a esta aleya argumenta: “En realidad el ídolo mayor no fue quien había destruido a los demás ídolos. Y por otra parte Ibrâhîm (P) no mintió, ya que el ídolo mayor sería acusado de este echo en caso de que hablara”.
Entonces Nimrod y sus acompañantes se sentaron a discutir como castigar a Ibrâhîm, hasta que decidieron quemarlo. “¡Quemadlo y auxiliad así a vuestros dioses, si es que os lo habéis propuesto…!” (Al ’Anbîâ’, 21:68). Llegó el día esperado. Nimrod se había colocado en un lugar alto en el cuál podía observar el castigo de Ibrâhîm. Habían encendido una gran hoguera cuyas llamas quemaban a las aves que se encontraban a gran distancia. Fue por ello que construyeron una catapulta para aventar a Ibrâhîm al fuego. El tutor de Ibrâhîm se golpeaba el rostro y le pedía que se arrepintiese y adhiriese a Nimrod. En ese momento la tierra habló y dijo: “¡Dios mío! Sobre la Tierra no existe nadie que acepte Tu Unicidad, excepto Ibrâhîm. ¿Cómo es posible que permitas que su cuerpo sea atrapado por las llamas?” Los ángeles del Cielo se unieron al pedido de la tierra. Dios Todopoderoso les dijo: “Si Mi siervo lo solicita, sin duda lo ayudaré, y en el momento necesario tomaré su mano”. Ibrâhîm mediante la Sura Ijlâs pidió ayuda a su Señor y dijo: “¡Oh, Dios! ¡Oh, Único! ¡Oh, Independiente! Que no ha engendrado, ni ha sido engendrado. No tiene par. Con Tu benevolencia, Sálvame de las llamas”.
En ese momento el Arcángel Gabriel se presentó ante Ibrâhîm y preguntó: “¿Acaso deseas algo?” A lo cuál Ibrâhîm respondió: “De ti, ¡no! Pero de Dios ¡sí!” Fue entonces cuando Gabriel le entregó un anillo y en su piedra estaba grabado “La il.laha ilal.lah wa Muhammadan Rasuli.lah… No hay divinidad más que Dios y Muhammad es Su Enviado” Entonces Dios ordenó al fuego “¡Fuego! ¡Sé frío para Ibrâhîm y no le dañes!" (Al ’Anbîâ’, 21:69) El fuego enfrió tanto que los dientes de Ibrâhîm temblaban hasta que fue revelada esta aleya “Salud sea para Ibrâhîm”. Gabriel se presentó ante Ibrâhîm y se sentaron a platicar en un bello jardín. Nimrod que vio con sus propios ojos el milagro Divino dijo a los que se encontraban presentes: “¡Aquel que ande en busca de Dios, en verdad deberá obedecer al Dios de Ibrâhîm!” En este momento uno de los hechiceros que se encontraba presente dijo a Nimrod: “Yo tengo el poder de conjurar para que Ibrâhîm sea quemado”. Fue entonces cuando una lanza de fuego calló sobre ese hombre y murió al instante. Nimrod que vio destruidos sus aspiraciones dijo a Âzar: “Tu hijo posee generosidad. ¡Cuídalo!”[11]
En una narración del Imâm Sâdiq (P) está registrado: Ibrâhîm (P) y su padre vinieron al mundo en una aldea cerca de Kufah llamada “Kûzâ”. Las madres de Ibrâhîm y de Lût eran hermanas, hijas de Ahay. Ahay fue uno de los enviados de Dios pero no trajo “Sharîah” para su pueblo y se había entrevistado con el Arcángel Gabriel”. Ibrâhîm (P) contrajo matrimonio con su prima Sara que era dueña de un gran rebaño, poseía una gran riqueza y contaba con una posición social adecuada. Después de que Ibrâhîm por orden de Nimrod fue aventado al fuego y por orden de Dios salió vivo de éste, se vio obligado a abandonar la ciudad. Para entonces la gente se había apoderado de sus pertenencias. Nimrod ordenó que le fueran regresadas éstas y entonces Ibrâhîm fue exiliado junto con su esposa y su primo Lût, primero a Shâm y luego a Baît ul Mûqaddas. Ibrâhîm y su primo Lût construyeron una litera para poder transportar a Sara sobre sus hombros puesto que Ibrâhîm era un hombre digno y honorable. El viaje continuó hasta que salieron de las tierras de Nimrod y llegaron a la frontera de la región de Qabtîân (hoy en día Egipto) que en ese entonces era gobernada por ‘Arârah. Cuando llegaron a la entrada de la ciudad se encontraron con el encargado de recoger los impuestos de ‘Arârah, quien les exigía un décimo de lo que se encontraba dentro de la caja de la litera. Ibrâhîm estaba dispuesto a entregarle todo el oro y plata que solicitara el encargado, pero a cambio, no debía correr las cortinas de la litera. El encargado, no hizo caso de lo solicitado por Ibrâhîm y corrió las cortinas, lo cual molestó a Ibrâhîm. Al ver la belleza de Sara, el encargado les prohibió continuar su viaje hasta que el emperador se enterara de su situación. No pasó mucho tiempo que Ibrâhîm y Sara se vieron en la corte del emperador. El emperador de los Qatîân ordenó a Ibrâhîm que corriera las cortinas, a lo cuál se negó y con gran dignidad dijo: “Mientras esté vivo no permitiré que las corran”. ‘Arârah intrigado estiró la mano hacia la litera donde se encontraba Sara. Cuando Ibrâhîm vio esta escena volteó su rostro y pidió ayuda a Dios, para que la mano de ‘Arârah nunca pudiese alcanzar a Sara. En ese momento la mano del rey endureció y quedó inmóvil. Inclusive no pudo regresarla a su estado original. ‘Arârah pidió a Ibrâhîm que solicitara a su Dios que regresara su mano al estado original y a cambio lo dejaría en paz. Ibrâhîm respondió: “A mi Dios le gusta la dignidad y detesta los actos corruptos”. A pesar de esto levantó sus manos y suplicó por ‘Arârah. Nuevamente el emperador se vio tentado y centrando su vista en Sara, estiró su brazo hacia ella. Pero como consecuencia de las maldiciones hechas por Ibrâhîm nuevamente se le endureció el brazo. ‘Arârah arrepentido de su conducta, dijo a Ibrâhîm: “¡Tú y tu Dios sois castos y decorosos! Pide a tu Dios Único que libre mi brazo. Si lo hace, no repetiré esta acción”. Ibrâhîm pidió a Dios: “¡Dios mío, si él dice la verdad, libera su brazo!” La súplica de Ibrâhîm fue aceptada. ‘Arârah palmeó a Ibrâhîm y se portó amable con él, entonces regaló a Sara una esclava egipcia de nombre Agar (Hâyar) para que la sirviera y ayudara. Después de lo sucedido Ibrâhîm obtuvo una gran reputación y honra entre la gente del pueblo; y cuando iba a marcharse de la ciudad, el emperador y su corte lo acompañaron. Inclusive ‘Arârah caminaba unos pasos detrás de él. Dios en ese momento envió una revelación a Ibrâhîm explicándole que no caminara por delante del emperador, sino que lo respetara; ya que él era el gobernador y dirigente de sus subalternos y el mundo siempre necesita de un dirigente, ya sea justo o injusto. Ibrâhîm obedeció a Dios y ‘Arârah que se enteró de lo sucedido se volteó hacia Ibrâhîm y le dijo: “Atestiguo que tu Dios es muy bondadoso y amable. Yo siento la necesidad de convertirme a tu religión”. Entonces Ibrâhîm se despidió del emperador y dejó a Lût en el valle de Shamâd como su representante. Ibrâhîm continuó su camino. Transcurrió mucho tiempo y Sara se percató de que no podía quedar embarazada. Ibrâhîm y Sara llegaron al acuerdo de que Ibrâhîm tomara a Agar como su segunda esposa. El fruto de este matrimonio fue Ismael.[12]
* * *
C. OBSERVÓ EL MUNDO CELESTIAL Y LAS MARAVILLAS DE LOS CIELO Y LA TIERRA
SOLICITUD PARA REVIVIR A LOS MUERTOS
UNA MIRADA A LA SABIDURÍA Y ESPECIALIDADES DE IBRÂHÎM
LA MUERTE DE IBRÂHÎM
Y cuando Ibrâhîm dijo: “¡Señor muéstrame cómo devuelves la vida a los muertos!” Dijo: “¿Es que no crees?” Dijo: Claro que sí, pero es para tranquilidad de mi corazón”. Dijo: “Entonces, toma cuatro aves y despedázalas. Luego, pon en cada montaña un pedazo de ellas y llámalas. Acudirán a ti rápidamente, Sabe que Al.lah es poderoso, sabio”. (Al Baqarah, 2:260)
En la obra Ihtiyây está registrada una narración del Imâm Hasan Askarî (P) que él a su vez narra del Mensajero de Dios (BPD) que dice: ‑Cuando fue mostrado a Ibrâhîm (P) el dominio de los Cielos y la Tierra, “Así fue como mostramos a Ibrâhîm el reino de los Cielos y la Tierra para que fuera de los convencidos.” (Al ’An‘âm, 6:75), Dios le permitió ver todo lo visible e invisible, de tal forma que observó a la gente pecando y corrompiendo. Ibrâhîm comenzó a maldecirlos y todos ellos murieron. Dios envió una revelación a Ibrâhîm diciendo:
“¡Oh, Mi Mensajero! Deja de maldecir a Mis siervos ya que Yo soy un Dios Benévolo y Perdonador. Los pecados de mis siervos no me perjudican en lo más mínimo, así como su obediencia y sumisión no me favorecen. Y Yo para aplacar mi Ira no los maldigo como tú lo haces. Y Yo para gobernar el mundo, no necesito de socio como tú. Yo guío a Mis siervos en tres formas. La primera: son el grupo de los arrepentidos a quienes perdono y cubro sus faltas. La segunda: son aquellos que los dejo, ya que Yo soy conocedor que de ellos descenderán hombres creyentes y devotos. Inclusive perdonaré a los padres y madres incrédulos hasta que traigan al mundo a ese niño. La tercera: son aquellos que no pertenecen a ninguno de estos dos grupos. A estos les enviaré un castigo mucho mayor del que tú deseas para ellos. Por lo tanto: ¡Oh, Ibrâhîm! Permite que sea Yo quien castigue a Mis siervos, ya que Yo soy el Omnipotente, que con Mi Sabiduría gobierno y dirijo a la gente, y Yo soy el que decide su destino.[13]
Entonces Ibrâhîm observó un animal muerto en la playa. Parte de éste se encontraba dentro del agua y la otra mitad sobre la tierra. Los animales del mar, de vez en cuando se alimentaban de éste y no paso mucho tiempo que la carne y vísceras del cadáver pasaron a ser parte del cuerpo de los animales que lo ingirieron. Poco después estos animales del mar fueron presas de otros. Así también sucedió lo mismo con la parte del animal que se encontraba sobre la tierra. Ibrâhîm (P) sorprendido dijo a Dios: “¡Señor muéstrame cómo devuelves la vida a los muertos!” ¿Cómo es posible que los animales en forma consecutiva sean presas los unos de los otros? – A lo cual Dios respondió: “¿Es que no crees?” Ibrâhîm dijo: “Claro que sí, pero es para tranquilidad de mi corazón” o sea: que pueda ver yo mismo como sucede este proceso. Dios le ordenó que matara y partiera en pedazos a cuatro aves “Entonces, toma cuatro aves y despedázalas. Luego, pon en cada montaña un pedazo de ellas…” Luego mezcla los trozos de éstos, igual que la carne y vísceras del animal muerto se ha integrado al cuerpo de los animales vivos, en ese momento “…llámalas. Acudirán a ti rápidamente”. [14]
Entonces Dios para probarle como reviven los muertos, ordenó a Ibrâhîm que primeramente los matase. Por ello fue que Ibrâhîm para obedecer lo dispuesto por Dios decapitó a un “pavo real”, a un “buitre”, a un “gallo” y a un “pato”. El pavo real representaba la belleza y ornamento del mundo, el buitre aludía a las aspiraciones a largo plazo, el gallo simbolizaba el deseo, y el pato la ambición y codicia. O sea: “¡Oh Ibrâhîm! Quieres tener un corazón vivo, despierto y digno, aléjate de estos cuatro defectos”. [15]
El Imâm Sâdiq (P) respecto a la interpretación de la aleya “toma cuatro aves”, argumenta: Ibrâhîm descapitó a cuatro aves, un verderón, un buitre, un pavo real y un cuervo. Después de cortarlas en pedazos y molerlas en un mortero las dividió en diez partes. Cada una de éstas las colocó en la cúspide de diferentes montañas, y junto a éstas un poco de agua y grano. Luego tomó los picos de las aves entre sus dedos y les pidió, con el permiso de Dios, que revivieran y regresaran hacia él. No transcurrido mucho tiempo las diferentes partes de estas aves se integraron las unas con las otras, y se formó el ave. Entonces bebieron y comieron del agua y grano que Ibrâhîm había colocado para ellas. Posteriormente dijeron a Ibrâhîm: “Dios te otorgue una larga vida, por habernos dado nuevamente la vida”. Ibrâhîm argumentó: “¡Dios Poderoso es el que da y quita la vida!” La aleya en cuestión tiene un significado externo e interno, pues es como si le dijera: Envía a cuatro representantes que hayas instruido tú mismo, y tengan la capacidad para aceptar a Dios, a los cuatro puntos cardinales del Mundo para que sean tu prueba y representantes. Y cuando los necesites por medio del “Nombre de Dios” ordénales que regresen, y no transcurrirá mucho que volverán hacia ti.
El Imâm ‘Alî (P) manifiesta: Dios, para quitar la vida a Ibrâhîm envió al Ángel de la Muerte. Ibrâhîm le preguntó: “¿Acaso puedo escoger y solicitar quedarme en este mundo para poder continuar alabando y adorando a Dios, y luchando por Él? o, ¿debo aceptar la muerte sin oposición?” El Ángel de la Muerte manifestó: “Tú estás obligado a aceptarla”. – Ibrâhîm (P) volteando su rostro hacia el Ángel de la Muerte dijo: “Acaso has visto que un amigo desee la muerte de otro amigo”. El Ángel entonces le preguntó a Dios qué era lo que debía hacer y Dios le indicó que dijese a su siervo: “¿Acaso has visto que un amigo deteste ver a su amigo?” [16]
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D. LOS HIJOS Y ESPOSAS DE IBRÂHÎM (P)
LA CONSTRUCCIÓN DE LA KA‘BAH
Y recuerden cuando hicimos de la Casa lugar de reunión y de refugio para los hombres. Y: “¡Haced del lugar de Ibrâhîm un oratorio!” Y concentramos una alianza con Ibrâhîm e Ismael: que purificaran Mi Casa para los que dieran las vueltas, para los que acudieran a hacer un retiro, a inclinarse y a prosternarse. (Al Baqarah, 2:126)
En el Tafsîr de ‘Alî Ibn Ibrâhîm está registrada una narración del Imâm Sâdiq (P) respecto a la aleya “que purificarán Mi Casa” que dice: “Se refiere a que no permitan que los politeístas se acerquen a Baîtul Haram, ya que al inicio de la construcción de la Casa de Dios, la Ka‘bah se quejó con Él de la cantidad de politeístas que se reunían ahí. Dios dijo a la Ka‘bah: “Está alegre ya que al fin del mundo vendrá un grupo que se lavará los dientes con las ramas del árbol Arâk –parecido al granado”. [17]
Tabarsî registró una narración del Imâm Sâdiq (P) que dijo: “Tres piedras fueron traídas del Cielo a la Tierra, una de las cuales es la piedra del Maqâm Ibrâhîm, la segunda Hayar ul-Asûad y la tercera la piedra de la tribu de Israel. Hayar ul-Asûad en un principio era muy blanca y luminosa, pero después como consecuencia de los pecados de los descendientes de Adán cambió su color”.[18] En la historia del Profeta Adán dijimos que la piedra de Hayar ul-Asûad fue traída por él, y algunos de los sabios de La Meca vieron que, cuando esta piedra fue arrancada como consecuencia de un diluvio sucedido muchos años atrás, la parte posterior de ésta era blanca y luminosa.
En muchas de las narraciones de los Inmaculados Imâmes está registrado que después de que Ibrâhîm dejo a su hijo Ismael y a Agar en La Meca, regresó a Shâm. Pasado un tiempo Ismael contrajo matrimonio con una joven de la tribu de Yirham. Un día Ibrâhîm decidió regresar a La Meca para visitar a su hijo y esposa, pero cuando llegó allá Agar había fallecido. Se dirigió a casa de Ismael y preguntó a su nuera por éste. La mujer de Ismael dijo que su esposo había ido de cazar fuera de las tierras de La Meca. Ibrâhîm le dijo: “Cuando tu marido regrese, salúdalo de mi parte y dile que cambie el portal de su casa” En el momento que Ismael regresó de cazar percibió un olor conocido, preguntó a su esposa: “¿Acaso estuvo alguien en casa?” Ésta le platicó de las cualidades especiales del hombre que había venido y de lo que había dicho. Ismael que comprendió el significado de las palabras de Ibrâhîm “cambia el portal de tu casa”, se divorció de Hîfâ y contrajo matrimonio con otra mujer. En otro de sus viajes Ibrâhîm fue nuevamente a visitar a su hijo Ismael a La Meca, y ya que éste había ido de caza, fue a visitar a su nuera y le pidió comida. Su nuera lo atendió con carne y leche. Sin embargo, todo este tiempo Ibrâhîm no bajo de su montura, ya que Sara así se lo había pedido. Entonces Ibrâhîm se dirigió hacia un lugar donde colocó su pie, en donde la huella de su pie puede verse aun sobre esta piedra y hoy en día es conocida como Maqâm Ibrâhîm. La esposa de Ismael se despidió calurosamente de él y el Amigo de Dios le pidió que saludara a su hijo Ismael y que le dijese : “El portal de tu casa ahora es fuerte y vigoroso”.
Cuando Ismael regresó a casa, percibió el olor de su padre. Su esposa le habló del hombre de buenas intenciones y perfumando que había venido, y le mostró la huella de su pie que había dejado sobre ese lugar y así fue como Ismael se percató de que quien había estado ahí había sido su padre Ibrâhîm. [19]
En el Tafsîr Qumî está registrado del Imâm Askarî (P) respecto a la aleya “les regalamos de nuestra misericordia y les dimos una reputación buenísima” (Marîam, 19:50), “les” se refiere a Ibrâhîm, Isaac y Jacob. Y donde dice “nuestra misericordia” se refiere al Profeta Muhammad (BPD), “y les dimos una reputación buenísima” se refiere a ‘Alî, el Amir de los Creyentes.[20]
En la obra Ilal Ash Sharâîa‘ está registrada una extensa narración de Imâm Sadiq (P) que dice: “Cuando Ibrâhîm e Isaac terminaron la construcción de la Ka‘bah, la esposa de Ismael propuso que colgaran una cortina en el portal de ésta. El largo de la primera cortina era de seis metros aproximadamente. Entonces la esposa de Ismael pidió a su tribu que tejieran una cubierta de lana para cubrir las ásperas paredes de la Ka‘bah”.[21]
El Imâm Sâdiq (P) argumentó: “Para tejer la cortina de la Ka‘bah, se pidió ayuda a mucha gente. Pero cuando llegó la época de la peregrinación, todavía no habían terminado por completo la cortina y una esquina de la Ka‘bah quedaba descubierta. Ibrâhîm con la ayuda de su hijo cubrió provisionalmente esa parte con unas hojas de palmera. El primer grupo de peregrinos, cuando vio la Casa decidió que cada uno cooperaría con lo que pudiese, y los sacrificios y promesas que tuviesen los llevarían a cabo ahí. No transcurrió mucho tiempo que las tribus árabes entraron a La Meca con gran cantidad de obsequios y cubrieron con cortinas las partes de la Ka‘bah que habían quedado descubiertas, luego colgaron una cortina en la puerta de ésta. Al principio, la Ka‘bah no contaba con techo, y fue Ismael que por primera vez construyó con las hojas de palmera un tejado para ésta. Ismael repetidas veces habló con Ibrâhîm respecto a la escasez de agua que existían en La Meca hasta que por orden de Dios Ibrâhîm comenzó a cavar el pozo de Zamzam. No pasó mucho tiempo, comenzó a brotar agua de las orillas del pozo. Luego Ismael contrajo matrimonio con una joven de la tribu de Himaîr. El fruto de este matrimonio fue un hijo que Dios les otorgó. Ismael contrajo matrimonio cuatro veces más y de cada uno de éstos tuvo cuatro varones. El tiempo transcurría rápidamente hasta que llegó el día en que Ibrâhîm falleció. Ismael no estaba enterado del fallecimiento de su padre, y fue en la época de la peregrinación que, por medio de Gabriel, se enteró de esta gran pérdida. Ismael tenía un hijo pequeño al cual quería mucho. Cuando estaba por morir, según la costumbre llevada por todos los Profetas y Imâmes, testamentó y le pidió que mantuviese viva esta costumbre.[22]
En el Tafsîr Qumî está registrada la siguiente narración del Imâm Sâdiq (P): Ibrâhîm vivía en las tierras de Shâm. Cuando Dios le dio a Ismael, Sara entristeció. La atención que Ibrâhîm ponía en Agar e Ismael provocó que Sara criticara a Ibrâhîm. Ibrâhîm se quejó con Dios de la forma de actuar de Sara. Entonces le ordenó que llevara a Agar e Ismael a La Meca.
Gabriel llevó en su montura a Ibrâhîm, a Agar y a su hijo entre los verdes valles hasta que llegaron a La Meca. Agar levantó una casa de campaña fuera de las tierras del Haram y Ibrâhîm que había prometido a Sara que de inmediato regresaría, decidió dejar a Agar e Ismael. Agar al verse sola, volteó su rostro hacia Ibrâhîm y le dijo: “¡Cómo nos vas a abandonar en un lugar sin agua y sin cosecha!” Ibrâhîm respondió: “Ese mismo Dios que ordenó que los trajese a esta región, dentro de poco será para vosotros suficiente”. Cuando se separó y despidió de ellos Ibrâhîm dijo: “¡Señor! He establecido a parte de mi descendencia en un valle sin cultivar, junto a tu Casa Sagrada, ¡Señor!, para que hagan el azalá (oración). ¡Haz que los corazones de la gente se vuelquen hacia ellos y provéeles de frutos para que puedan agradecer”.(Ibrâhîm, 14:39).
Avanzaba el día. Ismael se encontraba sediento. Agar desesperada buscaba agua entre los montes de Safâ y Marwa. Gritaba: “¡Acaso hay alguien que me ayude en este desierto!” Ella se había alejado del lugar donde se encontraba Ismael. Estaba arriba del monte de Safâ cuando de repente vio agua. Apresurada y alegre se acercó, empero cuando llegó se percató de que era únicamente un espejismo. Siete veces seguidas sucedió lo mismo, pero esta última vez por gracia de Dios comenzó a brotar agua de un manantial que se encontraba cerca de los pies de Ismael. El agua brotaba y se expandía sobre el suelo. Hasta donde le fue posible Agar la acumuló para que no se desperdiciara. A este manantial le llamaron Zamzam.
En esa época la tribu de Yirham se había establecido en la región de ‘Arafah. Los habitantes de ésta quedaron atónitos al observar que las aves y otros animales se dirigían hacia La Meca y fue por ello que decidieron también encaminarse hacia ese lugar. Cuando llegaron, se encontraron con Agar e Ismael que dormían bajo la sombra de un árbol, mientras el agua brotaba del manantial. Con el permiso de Agar cambiaron su lugar de residencia. Ibrâhîm sintió una gran satisfacción al enterarse de que su esposa e hijo ya no se encontraban solos, y agradeció a Dios por Su favor. Cada familia de la tribu de Yirham obsequió tres corderos a Ismael. Desde entonces, Ismael y su madre vivían de la crianza de éstos. Cuando Ismael creció, Dios ordenó a Ibrâhîm que iniciaran la construcción de la Ka‘bah. Ibrâhîm preguntó a Dios el lugar en donde debía construir la Casa. Dios le reveló que debía construirla en el mismo lugar que habían habitado Adán y Eva cuando fueron enviados a la Tierra, desde donde su casa iluminaba toda la región del Haram. Esa Casa se mantuvo en pie hasta que ocurrió el diluvio de Noé y el agua cubrió por completo la Tierra, entonces por orden de Dios la Casa fue salvada. Por ello llaman a la Ka‘bah, Baîtul ‘Atîq ya que se salvó de ser anegada.
Dios Todopoderoso envió, por medio de Gabriel, las columnas de la Casa de la Ka‘bah a la Tierra. Ibrâhîm comenzó la construcción de la Ka‘bah e Ismael acarreaba las piedras desde la región de Dhîtuî a La Meca. El techo de la Casa lo elevaron a aproximadamente cuatro metros y medio, y según lo dispuesto por Gabriel colocaron la Piedra Negra en el lugar que se encuentra hoy en día. Abrieron dos puertas, una hacia el este y otra al oeste. Posteriormente cubrieron el techo de la Ka‘bah con hojas y ramas de los árboles, y colgaron una cortina en la puerta. Cuando terminaron la construcción de la Ka‘bah, Ibrâhîm e Ismael llevaron a cabo la ceremonia del Hayy. Gabriel se presentó el octavo día del mes de Dhî Hayyah, conocido como el día de Tarvîah y pidió a Ibrâhîm que saciara de agua a los peregrinos y habitantes de los alrededores del Haram ya que la región de Minâ y ‘Arafah carecían de agua. Cuando Ibrâhîm terminó la construcción de La Casa dijo: “¡Señor! Haz de ésta una ciudad segura y provee de frutos a su población, a aquellos que crean en Al.lah y en el último Día” (Al Baqarah, 2:126).
El Imâm Sâdiq (P) respecto a la interpretación de esta aleya dice: “Esta aleya se refiere al “fruto” del corazón que provoca que la gente, por amor a la Ka‘bah, pida a Dios que le permita visitar nuevamente Su Casa”.[23]
El Amir de los Creyentes, ‘Alî (P) argumentó: “A cada uno de los tres Yamarât se arrojan siete piedrecillas, ya que el Demonio se presentó ante Gabriel cuando le mostraba a Ibrâhîm el lugar donde deberían los peregrinos sacrificar al animal, y Gabriel le aventó al Demonio siete piedras. Lo mismo hizo Ibrâhîm, repitiéndose este acto tres veces. En cada ocasión, el Demonio desapareció. Eso ocurrió en donde hoy en día se encuentran los tres Yamarât”.[24]
El Imâm Bâqir (P) manifestó: “El trote entre Safâ y Marwa se inició desde que el Demonio se presentó ante Ibrâhîm y éste, obedeciendo lo ordenado por Gabriel, persiguió al Demonio. Desde ese momento caminar a paso moderado entre Safâ y Marwa, se hizo una práctica”.[25]
El Imâm Rida (P) informó: “Se conoce a Minâ con este nombre ya que Ibrâhîm en ese sitio pidió a Dios que en lugar de su hijo Ismael le permitiera sacrificar a un cordero macho. Y fue ahí donde su petición fue aceptada”.[26]
El Imâm Sâdiq (P) expresó: En el ocaso del día de ‘Arafah el Arcángel Gabriel dijo a Ibrâhîm: “¡Oh, amigo de Dios! En esta región virginal, confiesa tus pecados y profundiza en como debe llevarse a cabo este rito. Por ello, ‘Arafah es conocido con este nombre ya que Gabriel dijo a Ibrâhîm: I‘raf wa I‘tiraf,[27] o sea, aprende el ritual del Hayy y confiesa tus pecados. Cuando llegó el atardecer, Gabriel acompañado de Ibrâhîm se dirigió hacia Mash‘ar-ul Harâm”.[28]
* * *
E. LA HISTORIA DEL SACRIFICIO DE ISMAEL (P)
Y dijo: Me voy hacia mi Señor, ¡Él me dirigirá!
¡Señor! ¡Concédeme un hijo justo!
Entonces le anunciamos de un muchacho benigno.
Y cuando éste alcanzó la edad de acompañarle en sus tareas, le dijo: ¡Hijo mío! He soñado que te sacrificaba, ¡Mira pues, que te parece! Dijo: ¡Padre! Haz lo que se te ordena y si Al.lah quiere, encontrarás en mí a uno de los pacientes.
Y cuando ambos lo habían aceptado con sumisión, lo tumbó boca abajo.
Le llamamos: ¡Oh, Ibrâhîm!
Aquello que se te fue ordenado en el sueño, lo haz realizado. Así retribuimos a quienes hacen el bien.
Esta es, en verdad la prueba evidente.
Lo rescatamos poniendo en su lugar un espléndido sacrificio.
Y dejamos su memoria para la prosperidad.
¡La Paz sea para Ibrâhîm!
Así es como recompensamos a los que hacen el bien.
Él fue uno de Nuestros siervos creyentes.
Y le anunciamos el nacimiento de Isaac, profeta de entre los justos.
Y lo bendijimos a él y a Isaac. Entre su descendencia hubo quien hizo el bien y hubo quien fue claramente injusto consigo mismo. (As Sâfât, 37:99-113)
“Y cuando éste alcanzó la edad de acompañarle en sus tareas”, o sea, que Ismael había crecido lo suficiente para distinguir lo bueno de lo malo y para ayudar a su padre. En ese entonces Ismael contaba con trece años de edad.
“Y cuando ambos lo habían aceptado con sumisión”, es decir, cuando los dos, Ibrâhîm e Ismael, obedecieron lo ordenado por Dios.
“Lo tumbó boca abajo”, quiere decir que cuando Ibrâhîm iba a sacrificar a su hijo, colocó la cara de éste sobre la tierra para evitar que sus ojos lo viesen, y pudiese arrepentirse. Está registrada en diferentes narraciones que Ismael le pidió a su padre: “Cuando me sacrifiques, no mires a mis ojos. Tal vez así me vea favorecido con la benevolencia de Dios”. De cualquier forma, Ibrâhîm colocó la cara de su querido hijo sobre la tierra, entonces tomó el cuchillo y comenzó a cortar con fuerza y rapidez el cuello de su hijo, mientras que lo único que llevaba adelante a su alma excitada era el amor a Dios. El cuchillo no hizo ningún corte en el delicado cuello de Ismael. Ibrâhîm nuevamente con fuerza trató de cortar el cuello, pero el cuchillo no cortó. Entonces Ibrâhîm Jalîl gritó: “¡Corta!” Pero Dios Todopoderoso ordena que no lo haga, y el cuchillo únicamente obedece el mandato de Dios.
“En verdad la prueba evidente”, alude a que el sacrifico de Ismael fue una gran prueba, una ventura y responsabilidad por parte de Dios.
“Un espléndido sacrificio”, se refiere a que en lugar de Ismael sacrificarás a un cordero grande.
Ibn ‘Abbâs argumenta: Este cordero es el mismo animal que Abel ofreció en sacrificio a Dios, y lo consideran espléndido ya que pastó durante cuarenta años en el Paraíso.
“Y lo bendijimos a él y a Isaac”, de su descendencia vendrán hijos laudables con grandes beneficios y fortunas hasta el Día del Juicio Final.
“Entre su descendencia”, a los descendientes de Ibrâhîm e Isaac.
“Quien hizo el bien”, que tienen fe y actúan según lo dispuesto por Dios.
“Quien fue claramente injusto consigo mismo”, o sea, el grupo que se refugia en la incredulidad y corrupción. [29]
Extraído de: Historia de la Vida de los Profetas
Versión resumida de Qisasul – Anbiia
Fundación Imam Ali
Sección Española - Beirut
Autor: Saiied Naimatul.lah Musawi Yazairi
Traducido por: Martha Golzar y
Rahmatul.lah Golzar
[1] Tahdhîbul Ahkâm, t.4, p.145.
[2] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.34.
[3] Al Amâlî, del Shaîj Sâdûq, p.216
[4] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.34.
[5] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.34.
[6] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.34.
[7] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.34.
[8] Mayma‘ul Baîân, t.2, p.635.
[9] Tafsîr Qumî, t.1, p.206.
[10]Kâfî, t.4, p.149.
[11] Tafsîr Qumî, t.2, p.71.
[12] Kâfî, t.8.p.370.
[13] Al Ihtîyây, p35; Tafsîr Imâm Fajr Râzî, p.212.
[14] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.586.
[15] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.36; Al Jisâl, t.1, p.265.
[16] Al Amâlî, del Shaîj Sâdûq,p.118, y ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p. 36; Raûdatul Ûâ‘izhîn, p.535.
[17] Tafsîr Qumî, t.1, p.59.
[18] Mayma‘ul Baîân, t.1, p.203; Bihâr, t.12, p.84.
[19] Mayma‘ul Baîân, t.1, p.203; Bihâr, t.12, p.84.
[20] Tafsîr Qumî, t.2,.p.51.
[21] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.587; Kâfît.4, p.204.
[22] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.587; Kâfît.4, p.204.
[23] Tafsîr Qumî, t.1, p.60.
[24] Qurbul Isnâd, p.68.
[25] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.432.
[26] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.435; ‘Uîûn Ajbâr ar Ridâ, t.2, p.98.
[27] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.436; Mahâsin, p,335.
[28] ‘Ilal Ash Sharâîa‘, p.436.
[29] Mayma‘ul Baîân, t.8. p.706.